domingo, 10 de noviembre de 2013

Doble moral


Casino muestra varios elementos que ya, para 1995, se veían en muchas de sus películas. El color, de nuevo, nos ayuda a comprender las emociones de los protagonistas. La violencia, tanto en sus películas como en la realidad de la mafia, sigue presente. Con ella, la sangre se mantiene como una constante visual en su estética y está siempre, por supuesto, la influencia de la religión y la cultura italiana en sus películas.




 Pero hay un elemento que se esconde tras las acciones de sus personajes: la doble moral. Sam, por ejemplo, menciona repetidas veces la palabra “confianza” y cómo esta es un pilar fundamental en sus relaciones; sin embargo, para mantener su vínculo con Ginger, lo material siempre está por encima del resto. Al igual que su pareja, la devoción se demuestra únicamente en lo corpóreo y tangible, mientras que la “confianza” se ve traicionada por ambas partes (él, por espiarla; ella, por traicionarlo).

Santoro, sin embargo, es el que tiene mayor facilidad para la traición. Mientras se viste con un camuflaje de amistad, el mafioso no se muestra dubitativo nunca mientras mantiene la relación con Ginger. La doble moral acompaña también a los personajes de Goodfellas, cuyas características son fácilmente comparables con Casino. La visión del divorcio como algo salvaje y la percepción del engaño como menos grave que una separación demuestra cómo el ajuste oportuno de la moral termina en una doble interpretación.




El elemento último en la doble moral es la religión. En la escena previa al asesinato de la socia de Mr. Green,  aparece una figura religiosa de fondo. En Mean Streets, la religión está presente durante todo el filme, no por ello impide la violencia y crueldad de sus personajes. Así, también las creencias católicas se distorsionan para moldearlas y hacerlas encajar en un código que manejan los personajes de Scorsese. Sus acciones atentan por completo con los mandamientos cristianos y su visión de esto es indiferente, en una especie de visión intransigente.

 Esto es, sin embargo, el ambiente natural de la mafia, que crea sus propias normas y de las cuales no se puede salir. Santoro en Casino, paga por ello. Johnny Boy en Mean Streets, paga por ello. Tommy DeVito de Goodfellas…


Fabiola Ferrero 

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