domingo, 8 de diciembre de 2013

El Boxeador


Toro salvaje es la historia del boxeador Jake La Motta campeón mundial de los pesos medianos entre 1949 y 1951, llevado a la pantalla por Martin Scorsese.
El director expone el alma torturada del protagonista en la búsqueda de una redención cristiana, que es común en los films de Scorsese. 

Desde Ray Liotta en Goodfellas, Harvey Keitel en Mean Streets, Robert de Niro en Taxi Driver, Scorsese lleva al límite, la parábola de la oveja negra, Ósea, que después de haber sido malo hay que tocar fondo para encontrar una salvación verdadera, es decir arrepentirse de nuestras malas acciones para así redimirnos.

Jake La Motta encaja a la perfección en la lista de atormentados que constituyen las películas de Martin. Es un boxeador sadomasoquista, que nunca retrocede pese a los duros golpes, siempre abierto al dolor y la violencia, dispuesto a recibir el máximo dolor soportable. Un hombre empeñado, dentro y fuera del ring, en destrozarse a sí mismo y a lo que le rodea.

Scorsese nunca ha hecho de lado con respecto a las escenas de violencia, tanto física como emocional. En Toro salvaje, graba a cámara lenta las acciones de los boxeadores, la sangre que salpica al público y las mujeres pisoteadas por los fanáticos enfurecidos del boxeo.

Un aspecto súper interesante de este film es el uso del blanco como solución estética, se adecua perfectamente con el grado de violencia (muchas escenas sangrientas) además que la década de los 50 se ve reflejado de forma magistral con este formato.

Scorsese sabe oscilar entre el odio y la compasión hacia La Motta. Inspira desprecio cuando tumba la puerta del baño para golpear a su mujer, Vicki LaMotta por decir un ejemplo. Pero también genera lástima cuando llora delante de su padre tras perder una pelea. 

Este personaje es todo lo que Scorsese quiere reflejar en sus films, que al fin de cuentas es mejor ser bueno. Y Jake lo aprende, se arrepiente al final cuando se habla así mismo en el espejo, se da cuenta de todo lo que perdió y que pudo haber tenido, es como un resumen de las consecuencias de su conducta autodestructiva.

 Mariángel Rodríguez


Cambio en el montaje



Raging Bull no sería la misma sin el montaje de Thelma Schoonmaker, no sentiríamos con la misma fuerza cada golpe, ni despertarían las mismas emociones en cada uno de nosotros. Es casi inconcebible, imaginar las escenas de peleas con un montaje del tipo casino o taxi driver. Donde la ralentización, la calma, y la duración de determinadas imágenes en pantalla, eran esenciales para mostrar el nivel de violencia habitual del italoamericano.

En el documental The Cutting Edge, se refleja la importancia de la posteriormente reconocida dupla Schoonmaker-Scorsese. Ambos hablan sobre sus experiencias en los procesos de montaje. Scorsese cuenta que sin Thelma, no se podría disfrutar del ritmo impecable de films como Raging Bull, comentando ser muy enamoradizo de la imagen, lo que le hacía sentir la necesidad de mantener ciertas cosas en pantalla por un mayor tiempo.

En largos como Taxi Driver, nos deleitamos con una violencia en cámara lenta, preguntarse si esto tiene que ver con la influencia western sería una opción tentadora, pero a mí parecer esto tiene que ver más con el estilo del director. Que, si bien, nos muestra lo estrictamente necesario, tiende a recalcarnos los elementos que desea en períodos largos.

Sin embargo, en Raging Bull somos espectadores de un film más rápido, lo que ayuda a sobreentender el nuevo tipo de mafia presente en la pieza, una de perfil más bajo, comparada a los trabajos previos. Lo que podría deducirse como la lucha entre los estilos de Schoonmaker y Scorsese, sobre qué tanto necesita ver el espectador para llegar a ciertas conclusiones.

En esta oportunidad el montaje permite que nos enfoquemos más en  el proceso de redención que vive La Motta, sin desviarnos hacia historias secundarias. Que aunque son importantes, de observarlas, no se podría comprender las distintas etapas de Jake, sobretodo su fuerte autocrítica. Tampoco, soportaríamos en ocasiones el monocromo, ni sentiríamos la misma carga emocional de la violencia, punto de partida de este Toro Salvaje.


Jeithsibel Peña

sábado, 30 de noviembre de 2013

El "Jake" que hay en Martin Scorsese

Por: Víctor De Abreu
@Vicdeabreu

Martin Scorsese pareció encontrar en Jake La Motta alguien con el mismo estilo de vida que él, sus percepciones y la misma apreciación sobre las mujeres. Más que una película biográfica, es una comparación entre el reconocido ex boxeador y el cineasta. 

La entrada del film, con la lluvia y el boxeador en el cuadrilátero, resalta la melancolía de Jake al recordar sus años de gloria. La lluvia sirve nuevamente como un elemento entristecedor que se resalta con el uso del blanco y negro, algo inusual en las películas de Scorsese que se caracterizan por su sobreexposición de colores.

Así es Jake La Motta hoy, con 92 años
La Motta es un personaje compulsivo, irábil, perfeccionista e infeliz consigo mismo, tal como lo son la mayoría de los personajes de Scorsese. Irónicamente, a pesar de que se trataba de ser agresivo, solía arrepentirse rápidamente de sus actos, lo cual indica que es alguien que quiere hacer el bien pero su ira no se lo permite.

La religión vuelve a aparecer como un elemento distintivo, pues a lo largo del film aparecen diversas imagenes religiosas dentro de la casa de Jake y que contrastan con la violencia hacia su esposa, Vicky. 

Sin duda, el elemento clave que se repite en este largometraje y en todas las películas de Scorsese, es la incapacidad de Jake para tratar a las mujeres, tanto a su ex esposa como a Vicky. Parece que este factor le permite a Scorsese conectarse con el personaje y mostrar lo terrible que son ambos en el ámbito sentimental. Esa imaginación casi sociópata de que Vicky le estaba engañando lo lleva a degradarse y a cometer actos que nunca pensó capaz de cometer.

Si bien el problema de Goodfellas es el dinero y la avaricia, en Rangin Bull el eje central es la ira, entendida como pecado capital que tiene las mismas consecuencias que los otros seis. Scorsese parece querer hacer catarsis con el público al mostrarle a lo que puede llevar la ira en un ser humano si este no es capaz de controlarla.

El factor primordial de esta película, al igual que en la mayoría de las de Scorsese, es que Jake se reivindica consigo mismo y resuelve su conflicto, no sin antes arrepentirse de todo lo que pudo haber logrado y no logró. Por un momento, Jake reconoce que la vida que está llevando no terminará bien, por lo que decide dar un giro dejándose quitar el campeonato mundial y retirándose del boxeo para dedicarse a su familia. Hasta ese instante, Jake parece reencontrarse y dedicarse a ser un hombre familiar y de buenos principios.

Al final, vuelve a aparecer el espejo como elemento clave de los personajes para reconocerse a sí mismo. Jake habla frente al espejo y se reprocha todo lo que pudo lograr y no lo hizo: "Pude haber sido alguien, en lugar del vago que es quien soy hoy". 

Todos estos no son más que un intento de Scorsese de reflejar, mediante el personaje de Rangin Bull, todo lo que es capaz de causar la ira, la desconfianza y la obsesión en un personaje. El director parece querer llamar la atención del público e invitarlos a "abrir los ojos", haciendo el bien y evitando hacerle daño a los demás. De allí el cierre con la cita de la Biblia: “Solo sé que antes era un ciego y ahora puedo ver”. Juan IX.      

domingo, 24 de noviembre de 2013

La alienación de Travis Bickle



Travis es un personaje que vive en una constante contradicción. Se queja de los drogadictos, prostitutas que plagan las calles, pero a la vez, el consume alcohol en las calles, consume pastillas regularmente, va a cines pornos y monta prostitutas en su taxi. Travis dice que quiere tener una vida como la que todo el mundo tiene, eso es, el común reflejo de la felicidad. Pero hay algo que se lo impide, y es precisamente su personalidad completamente excluida de las convenciones sociales. Invita a Betsy al cine (ahí cumple con una salida tradicional) el problema es que la lleva a ver cine porno, y es allí el quiebre con lo tradicional. Sin embargo, él parece no darse cuenta de que lo que está haciendo es inapropiado. Es alguien muy básico y primitivo, como el cine que ve.

También hay una limitación que parece tener, y es la de su inteligencia, o puede ser, su educación. En varios momentos se revela su desconocimiento y desinterés: Cuando va a seducir a Betsy en su mostrador de Palantine, demuestra completo desinterés político. Hay un conversación que se torna un poco confusa con el chiste que Travis hace y que luego Betsy hace una analogía de él, pero que luego Travis no comprende, por más de que es simple. 


Hay algo que resulta muy vago en Travis, como incomprensible y desprendido. Lo que le comenta a Betsy sobre su amigo de campaña. Se atreve a decir que no la respeta y que además existe entre ambos una desconexión porque él lleva su energía a los lugares equivocados. Luego le dice que, en cambio, entre él y ella sí hay algo. Son vagas y “místicas” aseveraciones  que dice con mucha certeza a alguien que apenas conoce. Es una parte como ilusoria y ficcional de Travis y que no parece estar consciente de ella.


Por otra parte, es un personaje invadido por las opiniones de los demás, y que hacen cegarlo por momentos: sus amigos le cuentan sobre el tener armas, esto lo deja pensando, y más adelante se ve comprando armas. Un amigo hace un comentario racista y luego se ve a Travis fijado en los negros de las mesas de en frente.



Llama la atención cómo a Travis no pareciera importarle las opiniones de los demás, ya que no participa en ellas, pero luego se ve cómo en realidad es todo lo contrario, está demasiado influenciado por lo que los demás digan: Sus amigos comentan sobre el tener o no tener armas, él permanece callado. Pero luego compra una cantidad exagerada de armas. Un pasajero le cuenta que va a matar a su novia, y después se ve que Travis llega a matar. Es una especie de outsider y al mismo tiempo seguidor atormentado de las opiniones de la gente. Pareciera que buscara una especie de aprobación al buscar los objetos y gustos con los que otros se identifican


Hay dos escenas que representan los estándares de lo que debería ser y lo que no debería ser según Travis:


La primera: Travis viendo en la tv personas bailando una balada románticamente abrazados. En la otra, una escena donde muestran en el televisor a una mujer que le dice a su esposo que deben divorciarse porque sale con alguien más. Travis, lleno de ira, tumba el televisor al piso.


Es la realidad idealizada e inquebrantable de Travis, contra lo que sucede realmente fuera de ese marco. En la carta que manda a sus padres diciéndoles que se encuentra con buena salud, novia y un trabajo para gobierno, demuestra todo lo que él considera que la sociedad piensa que debería ser lo correcto, y en realidad lo único verdadero en su vida es el trabajo pero de taxista. 


Travis se convierte en un vengador de lo que odia de las calles por medio del asesinato de Sport, el proxeneta (que piensa que se mete heroína)y sus ayudantes, menos a Iris. Como si destruyendo todo lo que rodea a Iris fuera a corregirla y evitar que siga siendo una prostituta, algo de lo que ella no quiere ser salvada. Así como el piensa que teniendo un trabajo para el gobierno, novia, y mucho dinero va a hacerlo una mejor persona. 


Los asesinatos salieron publicados en un periódico y colocaron a Travis como el héroe que liberó a Iris. La realidad es que Travis pensaba matarlos a todos y luego suicidarse, una manera de liberarse por partida doble de sus tormentos morales. Sin embargo, es posible que Travis se haya creído para sí mismo la historia del periódico. Este lo posicionó como lo que siempre había deseado, ser alguien socialmente reconocido. De seguro la redención perfecta según su mundo del parecer.

Marisabel Suárez

Las dos caras de Nueva York



Scorsese en Taxi Driver llena las calles de nueva York de jazz y soledad, nos demuestra el caos que vive un ex veterano de la finalizada guerra de Vietnam. Es maravilloso no sólo ver esta película sino también escucharla. Scorsese, como siempre, supo elegir bien el soundtrack que le diera vida y color a la película.

La historia gira entorno a un taxista nocturno, Travis, quien padece de insomnio y debido eso opta por este complicado trabajo. Cada día que pasa va descubriendo la otra cara de la ciudad: el contrabando, las drogas, la prostitución y ve como se va hunde la sociedad con sus propios ojos noche a noche. El descontento de Travis se va notando a cada minuto que pasa en la película, tiene una opinión acerca de limpiar la suciedad de la ciudad, a fondo y sin piedad.

En la guerra tuvo un alto merito y pasó de ser un héroe a ser un simple y solitario taxista, entonces, se da cuenta que necesita algo más en su vida, algo que la vuelva a marcar. Comienza su propio entrenamiento para hacer que ese evento que lo califique “héroe” vuelva a suceder y de la mejor manera. Conoce a una promotora de un candidato a la presidencia e intenta conquistarla. Travis es un hombre no muy educado, sin amigos y sin saber muy bien que hacer en muchas ocasiones, entonces, pierde su oportunidad con la promotora; es chistoso pero esto refleja al propio Scorsese, quien no sabe lidiar con mujeres.

Piensa que matando al candidato a la presidencia lograría llamar la atención y crear la marca que necesitaba en su vida, pero se arrepiente de esto debido a la seguridad que tenía el lugar donde se encontraba. Luego de toda esta situación conoce a fondo a Iris, una pequeña prostituta la cual le da el sentido que Travis estaba buscando para su vida, y decide sacarla de la vida nocturna de Nueva York que tanto lo aborrece.

Al final todo se vuelve un escenario de sangre y Travis logra lo que quería. La violencia es unos de los temas con más relevancia de este film, aparece de todas las maneras posibles aunque a veces de manera muy sutil. 

M.Valentina Fernández 

La podrida Gran Manzana

“Todos los animales salen en la noche. Prostitutas, pordioseros, sodomitas, travestis, maricones, drogadictos, toxicómanos. Todo es asqueroso y venal. Algún día una lluvia de verdad se llevará toda esta basura de las calles”.
Este primer monólogo de Travis Bickel nos deja entrever la fuerte posición que sostiene frente a la sórdida y corrompida ciudad en la que vive. En esta película (Taxi Driver), Scorsese nos muestra una oscura y sucia ciudad de Nueva York, algo contrario a lo que estamos acostumbrados a ver en el cine. A diferencia de las películas anteriores, deja a un lado el tema de la mafia italo-americana, para reflejar la vida de un perturbado taxista, recién llegado de la guerra de Vietnam.
Travis Bickel es una persona perturbada, que sufre de insomnio y tiene cierto afán por ver películas para adultos en el cine. Tiene una vida vacía y al mismo tiempo llena de pensamientos trastornados que rondan constantemente en su cabeza. En el día camina por las calles, sin rumbo y por las noches decide ponerse a trabajar como taxista, ya que no puede dormir.
Travis es un ser solitario, en busca de compañía, amor y tal vez, un lugar en la sociedad. Como todos aquellos que regresan de una guerra, sufre al incorporarse en el orden natural de la sociedad. Él toma una visión distinta de la realidad y considera que la ciudad necesita una gran lluvia que limpie toda la basura que permanece ahí. Esta lluvia representa un evento contundente que haga reflexionar a sus habitantes, es algo que será peor que lo que ya reside ahí. La decadencia que aprecia en las calles, mientras maneja su taxi, produce en él cierta alienación y el sentimiento de considerarse ajeno a la sociedad. Eso es lo que lo lleva a la locura y a la paranoia. Tanto así, que se considera superior al resto, por lo tanto se siente en la capacidad de juzgarlos y condenarlos.
En toda la película sintió la necesidad de hacer algo grande, algo que marcara una pauta, o que cambiara la manera de pensar de las personas. En el momento en el que entra a una tienda y es atracada por un muchacho de color, se siente en la capacidad de reaccionar, y tomar la justica en sus propias manos.
Comenzó por pretender hacer algo malo, como matar a un candidato de la presidencia, y terminó siendo un héroe, sin quererlo. Él se adjudicó el derecho de armar un juicio en su cabeza, en el que el culpable principal era la sociedad y decidió la condena necesaria para hacer cambiar a sus habitantes. Al final, decide ayudar a salir del mundo de la prostitución a una niña de 12 años, matando a todos los involucrados. Puede que haya terminado haciendo eso, porque de alguna manera la redención fue aquello que lo impulsó.


Andrea Hernández

Taxi Driver. El rechazo y la sangre

Dice Roger Ebert: "That Scorsese finds the rejection more painful than the murders is fascinating, because it helps to explain Travis Bickle" .


Una de las escenas más devastadoras de toda la película es la llamada telefónica de Travis a Betsy. Curiosamente, no presenta ni una gota de sangre sino gira entorno a la eterna soledad a la que está destinada Travis. En su sincero y absoluto desconocimiento de algo mejor, Travis lleva  Betsy en su primera cita a ver una “película sucia”. Naturalmente, Betsy sale ofendida decidida a no verlo más. Travis, queriendo ofrecer una disculpa genuina, llama a Betsy. La escena se presenta en un plano medio con Travis de espalda a la cámara. Oímos únicamente la voz de Travis pero podemos rellenar los vacíos con facilidad. Como es de esperarse, Betsy lo rechaza. Es tan doloroso de observar que la cámara hace un paneo a la derecha y deja la toma fija en un pasillo largo, vacío, distante, solitario, que evoca a un pasillo de hospital, mientras se escucha la voz de Travis preguntándole a Betsy por las flores que le envió, insistiendo en conseguir una nueva oportunidad para volverla a ver.

La película tarda alrededor de 1 hora 10 minutos para mostrar las primeras gotas de sangre: la muerte del ladrón en la tienda a manos de Travis.  Y una vez que aparece la sangre, no hay vuelta atrás. En una de las secuencias finales vemos a Travis dispararle a Sport en la acera. Luego, se sienta en las escaleras del edificio como tomando la decisión de entrar o no, y finalmente lo hace. Entra y le vuela los dedos al pimp que cobra por las habitaciones. La sangre sale a chorros. Tal como dijo el compañero de Betsy de la campaña de Palantine: “La mafia hace eso todo el tiempo. Si alguien hace un trabajo mal, te vuelan los dedos”. Y la sangre sigue saliendo. La escena continúa hasta el cuarto donde Travis le dispara al hombre que está con Iris. Y la sangre sigue saliendo. Todos mueren, menos Travis.

Travis, el salvador, el héroe, el asesino, el rey de su propia mafia redentora. A ése Travis Scorsese nos lo muestra con todos los pelos y señales, para regocijarnos junto a él en el catártico momento de su victoria con la muerte de la escoria neoyorquina. Travis, el frustado, el enamorado, el rechazado, el abandonado. A él no podemos verlo, no podemos acompañarlo en su momento más bajo. No podemos hacerlo porque es tan real que duele.



 Por Rebecca Perich

Taxi Driver

Existen bandas sonoras que con solo escuchar los primeros compases te transportan a imágenes y momentos claves en el cine. “Taxi Driver” tiene una de esas bandas sonoras. La ultima composición en vida de Bernad Herrmann, compositor de títulos como Ciudadano Kane, Vertigo, Psicosis. Herrmann era una leyenda y accedió, no con mucha seguridad, a crear el soundtrack de la nueva película de Martin Scorsese, de esa forma logró uno de sus mejores y reconocidos trabajos. 

En "Taxi Driver", la imagen y la música se unen desde el comienzo, ya desde los títulos se genera esa sensación de melancolía y soledad. Empezamos a observar la ciudad, borrosa y oscura, vemos a través de un parabrisas, cargado de gotas de lluvia, las luces de los carros, semáforos, locales y luego conocemos a nuestro protagonista: Travis Brickle y su mirada fija. 

El saxofón es el instrumento central de la película, nos transporta a esa rutina solitaria del taxista por las calles de New York, creando la atmósfera de la ciudad: oscura, llena vicios y a veces romántica. 

La pieza creada por Herrmann logra transmitir la contradicción que define a Travis. En momentos la melodía es romántica, llena de jazz y melancólica, representado su soledad, pero en otras partes la música se llena de ira, es amenazadora y expresa esa rabia que tiene nuestro anti héroe. Con la banda sonora se afina ese contraste del protagonista, su dualidad, el hombre que desea “limpiar las calles” y salvar a la pequeña niña, pero que no duda en ser despiadadamente violento para lograrlo.


Andrea Hergueta


Buscando justicia

Taxi Driver es una película donde se muestra de forma explícita la violencia y la redención de Travis Bickle protagonista de esta historia. Él es una persona solitaria, que no tiene casi contacto con su familia, un ex veterano de Vietnam que sufre de insomnio y por este motivo comienza a trabajar como taxista en los suburbios de New York, todas las noches mientras recorre las calles observa las situaciones que se presentan  como prostitución, drogas, delincuencia, travestis, entre otras cosas.  

 A diferencia de las películas vistas anteriormente se observa claramente la diferencia entre este personaje Travis Bickle con los demás protagonistas, ya que él no está relacionado a ningún tipo de mafia ni de trabajos sucios. Travis no anhela ninguna vida lujosa, ni tener poder como se puede observar en las películas que hemos analizado hasta el momento. Este personaje no está en búsqueda de cosas materiales o de poder, solo piensa en lo desviada que está la sociedad y en cómo puede él ayudar a cambiarla. En el tema de la redención vemos también una gran diferencia con respecto a los demás protagonistas, el que más se le acerca es el personaje de Sam 'Ace' Rothstein de “Casino” ya que ambos logran redimirse; pero Travis lo logra por completo, a tal punto que no le importaba la muerte.

Travis en uno de sus recorridos nocturnos se topa con una muchacha que es agredida por un hombre, él queda sorprendido ante este hecho, unos días después casi atropella a la misma muchacha;  la sigue y se da cuenta que era una prostituta. Luego tiene su tercer encuentro pero esta vez decide hablarle, Travis conversa con el proxeneta logrando concretar una “cita” con la muchacha y cuando van a la habitación descubre que es tan solo una niña de 12 años llamada Iris, él trata de convencerla para que salga de ese mundo. Esta escena es un punto clave en la película ya que Travis pasa a ser de un sujeto pasivo a uno activo ante una situación que evalúa incorrecta, después de esto contacta a una persona que traficaba armas, compra varias y desde ese momento empieza a entrenarse física y psicológicamente.  

Travis está listo para llevar a cabo su plan, le escribe una carta a  Iris donde le deja dinero para que vuelva con sus padres a una vida sana y segura. Va en busca de Iris, mata al proxeneta, luego entra al edificio, mata al propietario del lugar y al hombre que está con Iris. Travis también recibe varios impactos de bala; pero eso a él no le importa porque ha logrado su cometido, el estar herido y lleno de sangre lo purifica y borra todos sus errores, situación que Scorsese muestra en sus películas, él trata a su manera de limpiar la ciudad por sus propios medios. Finalmente sobrevive y es visto como un héroe, los padres de Iris le agradecen enormemente lo que hizo por ella, ya que después de eso regresa a casa de sus padres y empieza una nueva vida. Se puede ver claramente que  hay un cambio radical ya que se lo ve más tranquilo, más sereno, todo lo contrario a lo que reflejaba en un principio. Travis se redime y se puede observar que existe un comienzo de una nueva etapa en su vida. 


Grisell Marcano


Elementos Redentores


En Taxi Driver somos testigos de la fuerza que Scorsese le da a determinados elementos, tales como el agua, el fuego y la sangre para purificar las acciones de los personajes. En esta ocasión, Travis,  acude a ellos a lo largo del film para redimirse de ciertos actos o pensamientos. Aunque en este largo se muestran de manera más directa, también se utilizaron estos elementos en Mean Streets, Goodfellas y Casino.

Desde el inicio de la trama vemos la necesidad de Travis por limpiar las calles de Nueva York. Tomas como su paso lento por los hidrantes luego de terminar las carreras, o los diálogos sobre la necesidad que sentía por limpiar los asientos antes de dejar el taxi en el estacionamiento, nos muestran la desesperación que presenta desde el inicio por convivir con esta “suciedad”. Además de su confusión sobre si sentirse superior o igual a esta especie de sociedad despreciable que describe, ya que, muchas veces se siente sumamente confiado y al poco tiempo se juzga con fuerza a sí mismo.

La escena en la que Travis incinera las flores que no acepto Betsy se asemeja en cuanto al uso del fuego con la que vemos en Casino, cuando explota el carro de Ace. En ese caso se utilizó el fuego para representar un cambio de estilo de vida y de pensamiento del protagonista, mientras que en este, el fuego pasa a ser la disculpa propia que se ofrece Travis por haber entrado con una actitud agresiva a la oficina de Betsy. El punto en común, sería la ralentización y permanencia del fuego en la pantalla.

De igual manera, marca la historia la escena final en la que Travis simula dispararse en la sien. La presencia de la sangre en sus dedos en discordancia con su cara de tranquilidad, podría ser un mensaje implícito de que sólo él puede acabar consigo, lo que termina, por ser, a la vez, su redención máxima en la película, al pasar de su plan maquiavélico (que no conocemos del todo) a uno igual de sangriento pero que salva de la “suciedad” que tanto desprecia a Iris.

Jeithsibel Peña

¿Estas hablando conmigo?


Por: Jorge L. Hernández.


Uno de los personajes mas icónicos de Scorsese es Travis Bickle  interpretado magistralmente por Robert de Niro, este veterano de guerra vive aislado entre millones de personas, en la obscuridad de una decadente Nueva York, con problemas serios para adaptarse y cargado de ira.

Para entender las peculiaridades de este personaje se debe conocer el trasfondo de la historia y la creación general de Taxi Driver, escrita por Paul Schrader, en lo que el mismo afirma fueron tiempos desesperados, de soledad y tristezas, donde vivía con poca o nada de comida y pensando en los setenares de problemas que tenia con su ex-mujer; de esa obscuridad sale la historia magistral, violenta y obscura que rodea a Bickle.


Pero a diferencia de gran parte de las historia llevadas a la pantalla de por Scorsese, Taxi Driver, no se escribe con acento italiano, ni tiene a un ganster como protagonista, se trata de un obre que aborrece a la sociedad y preferiría limpiar todas las calles de la ciudad de la escoria que para el resulta la humanidad.


Travis no solo es un héroe (veterano de guerra) si no de cierto modo un antiheroe del cual terminamos haciéndonos cómplices, es un monstruo social que realiza acciones heroicas pero con métodos o intensiones que no lo son tanto, es por esto que ataca ante el rechazo de una sociedad a la cual defendió y por la cual dejo todo de lado, para convertirse luego el mayor juez y verdugo de la misma.



La sangre como salvación


Como en las películas anteriores Scorsese se debate en esa lucha de lo bueno y lo malo. El personaje principal, en este caso Travis, vive confundido y envuelto en una ciudad caótica que expresa perfectamente lo que pasa en su cabeza.
La ciudad de Nueva York, para el momento de la post-guerra de Vietnam, está hundida en la basura, en la prostitución, en la droga. Travis lo narra perfectamente: en su taxi viaja por toda la ciudad y ve a los proxenetas, a las prostitutas, los maricas, los negros, los cines porno; las cosas que ven lo hace sentirse más confundido, porque busca desesperadamente algo que lo haga sentirse feliz y en esta ciudad no puede lograrlo.    
Luego de ser rechazado por Betsy cae más en el caos de su mente, no sabe qué hacer para ser feliz y pierde la esperanza en todo. Es por eso que decide matar al candidato Panlatine, para eso compra varias pistolas y arma hasta un dispositivo para sacarlas, la obsesión crece.
Entonces llega la hora de la redención cuando quiere ayudar a una niña de 13 años llamada Iris. Es allí donde la sangre entra en escena, en el momento en que la salva asesina a “Sport”, al que atendía el hotel y a otro tipo que estaba con Iris, es decir a todos lo que para él estaban haciendo sufrir  a la niña. Travis recibe varias heridas de bala y termina bañado en sangre, en ese momento queda simbólicamente su redención.
Al salvar a la niña obtiene ese camino que buscaba a la felicidad, porque termina haciendo el bien y es reconocido por todos. Su hazaña es reseñada por los periódicos y los padres de Iris le ofrecen su gratitud eterna por sacar a su hija de ese mundo, hasta Betsy lo vuelve a buscar nuevamente. Pasar por un dolor inmenso, que queda perfectamente representado por la sangre, lo hace volverse menos reflexivo y adaptarse más al mundo que lo rodea.
El sufrimiento conlleva a la salvación y como queda expresado en varias películas de Scorsese, Mean Streets por ejemplo, la sangre juega un papel fundamental en esa salvación, porque es la que “limpia” tu vida pasada y te da entrada a algo nuevo.

Manuel Vargas 

Travis, un héroe inestable.



En Taxi Driver Scorsese nos ofrece un flujo totalmente diferente a las historias que hemos visto. Para comenzar, en esta película la mafia no es el punto clave de donde gira la trama. Sino el protagonista, Travis Bickle (Robert De Niro) para nuestra sorpresa, no es un mafioso, y no tiene nada que ver con  el mundo de la mafia como tal. Es un ex veterano de Guerra, mentalmente inestable que trabaja como taxista en la ciudad de Nueva York.
 
Me parece interesante como este hombre que evidentemente no se encuentra en su sano juicio, sin embargo, y a pesar de ello; es el chico que tiene defectos, pero que al final salva el día, es nuestro héroe inestable. 

La única diferencia que veo entre Travis y el resto de los chicos de Scorsese (Charlie, Henry y Sam) es que, es un hombre que ha visto y vivido lo peor durante la guerra, queda traumado, escupe su rabia y despliega sus emociones, es un ciudadano asqueado con el sistema, un sistema al que culpa de su mala suerte. 

Es como que, quiere ser un agente de cambio en la sociedad, “limpiarse” a él mismo, pero al mismo tiempo quiere cambiar al mundo, este personaje es un compulsivo de la limpieza, no solo de limpiar los objetos a su alrededor, el deseo de Travis es limpiar a la gente también “…llegue la lluvia que limpie la calle de escoria.” Y ¿eso no es lo que quiere Scorsese con sus películas? Enseñarnos que más allá de unas escenas de violencia, sangre, disparos etc. El poder cambiar a una persona mediante el perdón, del arrepentimiento, siempre es mejor ser bueno, es lo que nos quiere mostrar.

A pesar de que muchas de sus características son de un antihéroe, al final se convierte en el héroe de esta historia porque es un protagonista que vive por la guía de su moral, afanándose por construir sus valores opuestos a aquellos reconocidos por la sociedad en la que vive.

Esto se refleja con la relación paternal que desarrolla Travis hacia Iris, la pequeña prostituta, a la cual desea salvar. Sacarla de ese mundo de sexo, drogas y alcohol. A mi parecer con esa acción intenta excluir sus demonios internos.

Mariángel Rodríguez