Como en las películas anteriores
Scorsese se debate en esa lucha de lo bueno y lo malo. El personaje principal,
en este caso Travis, vive confundido y envuelto en una ciudad caótica que expresa
perfectamente lo que pasa en su cabeza.
La ciudad de Nueva York,
para el momento de la post-guerra de Vietnam, está hundida en la basura, en la prostitución,
en la droga. Travis lo narra perfectamente: en su taxi viaja por toda la ciudad
y ve a los proxenetas, a las prostitutas, los maricas, los negros, los cines
porno; las cosas que ven lo hace sentirse más confundido, porque busca
desesperadamente algo que lo haga sentirse feliz y en esta ciudad no puede
lograrlo.
Luego de ser rechazado
por Betsy cae más en el caos de su mente, no sabe qué hacer para ser feliz y
pierde la esperanza en todo. Es por eso que decide matar al candidato Panlatine,
para eso compra varias pistolas y arma hasta un dispositivo para sacarlas, la obsesión
crece.
Entonces llega la hora
de la redención cuando quiere ayudar a una niña de 13 años llamada Iris. Es allí
donde la sangre entra en escena, en el momento en que la salva asesina a “Sport”,
al que atendía el hotel y a otro tipo que estaba con Iris, es decir a todos lo
que para él estaban haciendo sufrir a la
niña. Travis recibe varias heridas de bala y termina bañado en sangre, en ese
momento queda simbólicamente su redención.
Al salvar a la niña
obtiene ese camino que buscaba a la felicidad, porque termina haciendo el bien
y es reconocido por todos. Su hazaña es reseñada por los periódicos y los
padres de Iris le ofrecen su gratitud eterna por sacar a su hija de ese mundo,
hasta Betsy lo vuelve a buscar nuevamente. Pasar por un dolor inmenso, que
queda perfectamente representado por la sangre, lo hace volverse menos reflexivo
y adaptarse más al mundo que lo rodea.
El sufrimiento
conlleva a la salvación y como queda expresado en varias películas de Scorsese,
Mean Streets por ejemplo, la sangre
juega un papel fundamental en esa salvación, porque es la que “limpia” tu vida pasada
y te da entrada a algo nuevo. Manuel Vargas
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