sábado, 30 de noviembre de 2013

El "Jake" que hay en Martin Scorsese

Por: Víctor De Abreu
@Vicdeabreu

Martin Scorsese pareció encontrar en Jake La Motta alguien con el mismo estilo de vida que él, sus percepciones y la misma apreciación sobre las mujeres. Más que una película biográfica, es una comparación entre el reconocido ex boxeador y el cineasta. 

La entrada del film, con la lluvia y el boxeador en el cuadrilátero, resalta la melancolía de Jake al recordar sus años de gloria. La lluvia sirve nuevamente como un elemento entristecedor que se resalta con el uso del blanco y negro, algo inusual en las películas de Scorsese que se caracterizan por su sobreexposición de colores.

Así es Jake La Motta hoy, con 92 años
La Motta es un personaje compulsivo, irábil, perfeccionista e infeliz consigo mismo, tal como lo son la mayoría de los personajes de Scorsese. Irónicamente, a pesar de que se trataba de ser agresivo, solía arrepentirse rápidamente de sus actos, lo cual indica que es alguien que quiere hacer el bien pero su ira no se lo permite.

La religión vuelve a aparecer como un elemento distintivo, pues a lo largo del film aparecen diversas imagenes religiosas dentro de la casa de Jake y que contrastan con la violencia hacia su esposa, Vicky. 

Sin duda, el elemento clave que se repite en este largometraje y en todas las películas de Scorsese, es la incapacidad de Jake para tratar a las mujeres, tanto a su ex esposa como a Vicky. Parece que este factor le permite a Scorsese conectarse con el personaje y mostrar lo terrible que son ambos en el ámbito sentimental. Esa imaginación casi sociópata de que Vicky le estaba engañando lo lleva a degradarse y a cometer actos que nunca pensó capaz de cometer.

Si bien el problema de Goodfellas es el dinero y la avaricia, en Rangin Bull el eje central es la ira, entendida como pecado capital que tiene las mismas consecuencias que los otros seis. Scorsese parece querer hacer catarsis con el público al mostrarle a lo que puede llevar la ira en un ser humano si este no es capaz de controlarla.

El factor primordial de esta película, al igual que en la mayoría de las de Scorsese, es que Jake se reivindica consigo mismo y resuelve su conflicto, no sin antes arrepentirse de todo lo que pudo haber logrado y no logró. Por un momento, Jake reconoce que la vida que está llevando no terminará bien, por lo que decide dar un giro dejándose quitar el campeonato mundial y retirándose del boxeo para dedicarse a su familia. Hasta ese instante, Jake parece reencontrarse y dedicarse a ser un hombre familiar y de buenos principios.

Al final, vuelve a aparecer el espejo como elemento clave de los personajes para reconocerse a sí mismo. Jake habla frente al espejo y se reprocha todo lo que pudo lograr y no lo hizo: "Pude haber sido alguien, en lugar del vago que es quien soy hoy". 

Todos estos no son más que un intento de Scorsese de reflejar, mediante el personaje de Rangin Bull, todo lo que es capaz de causar la ira, la desconfianza y la obsesión en un personaje. El director parece querer llamar la atención del público e invitarlos a "abrir los ojos", haciendo el bien y evitando hacerle daño a los demás. De allí el cierre con la cita de la Biblia: “Solo sé que antes era un ciego y ahora puedo ver”. Juan IX.      

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