Existen bandas sonoras que con solo escuchar los primeros compases te transportan a imágenes y momentos claves en el cine. “Taxi Driver” tiene una de esas bandas sonoras. La ultima composición en vida de Bernad Herrmann, compositor de títulos como Ciudadano Kane, Vertigo, Psicosis. Herrmann era una leyenda y accedió, no con mucha seguridad, a crear el soundtrack de la nueva película de Martin Scorsese, de esa forma logró uno de sus mejores y reconocidos trabajos.
En "Taxi Driver", la imagen y la música se unen desde el comienzo, ya desde los títulos se genera esa sensación de melancolía y soledad. Empezamos a observar la ciudad, borrosa y oscura, vemos a través de un parabrisas, cargado de gotas de lluvia, las luces de los carros, semáforos, locales y luego conocemos a nuestro protagonista: Travis Brickle y su mirada fija.
El saxofón es el instrumento central de la película, nos transporta a esa rutina solitaria del taxista por las calles de New York, creando la atmósfera de la ciudad: oscura, llena vicios y a veces romántica.
La pieza creada por Herrmann logra transmitir la contradicción que define a Travis. En momentos la melodía es romántica, llena de jazz y melancólica, representado su soledad, pero en otras partes la música se llena de ira, es amenazadora y expresa esa rabia que tiene nuestro anti héroe. Con la banda sonora se afina ese contraste del protagonista, su dualidad, el hombre que desea “limpiar las calles” y salvar a la pequeña niña, pero que no duda en ser despiadadamente violento para lograrlo.
Andrea Hergueta
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