Mucho se ha hablado del color
rojo en Mean Streets. Sin embargo, un detalle que parece ocultarse a su lado es
un tono azul cerca de cada tono rojo que aparece en la película.
Charlie es dueño de una pugna
interna entre el bien y el mal que pudiese resultar en la premisa: “una buena
persona que hace cosas malas”. Esto trasciende a sus acciones y se refleja
incluso en los colores que utiliza Scorsese.
En una de las primeras escenas,
en las que Charlie está en la iglesia, se acerca a las velas, que son, en
parte, rojas. El resto de ellas son blancas y azules. Al subir la mirada, los
santos visten de rojo, y algunas vírgenes de azul.
El ejemplo más claro es su
habitación: el lugar más íntimo de su vida se caracteriza por el color azul
–las paredes, la manta, el teléfono, las cortinas y la virgen en el mueble-.
Pareciera que Charlie quisiera decir de esta forma que así es, realmente, su
rincón más íntimo. Lo mismo ocurre en la escena en la que, en el baño del
cafetín, mientras escucha a los hombres hablar, Charlie se encuentra de nuevo
rodeado por completo de azul, en ausencia total del rojo.
Ocurre lo contrario en el bar. Es
el único sitio donde con una única excepción –en la escena con colores de la
bandera- no existe el azul. Esto se ve incluso con el product placement durante
la película. Aparece la marca Pepsi (rojo y azul), 7 up (de rojo) con un cartel
azul justo a su lado, mientras que Marlboro -sin presencia de azul- la colocan
en el bar.
El carro azul va a toda
velocidad: Charlie, Johnny Boy y Theresa van en él. La sangre roja que los
impregna pareciera, automáticamente, sacarlos del automóvil. El mal, reflejado
en el rojo de la sangre, los expulsa del bien. ¿Queda realmente redimido
Charlie?
Fabiola Ferrero
Interesante, pero sin más explicación que la que das aquí, debo decir que no se si me convence lo que dices. Sin duda es algo muy interesante. Sin duda el uso de los colores es fundamental en el cine de Scorsese.
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