domingo, 27 de octubre de 2013

GoodFellas: Autopsia del Héroe Criminal




GodFellas: Autopsia del Héroe Criminal

El mundo es un lugar salvaje, violento y cruel. En nuestro esfuerzo por concebirlo de otra manera, sobreexponemos los valores éticos y morales a la realidad. El mundo es así, porque nosotros somos así. Lidiamos a diario con nuestros instintos primitivos de supervivencia y nuestros deseos ambiciosos por ser siempre más de lo que somos, por aparentar la buena conducta que nos impone la sociedad, según los valores que concebimos como buenos, pero sintiéndonos mediocres y vacíos por dentro. Cayendo en la rutina, aunque conformándonos con la idea de saber que estamos por la senda correcta.
Es por esta razón, que la película GoodFellas es tan atractiva y elocuente. ¿Qué tal si abiertamente te expongo lo malo y lo grotesco, hasta el punto de no tener escrúpulos? Y además de mostrártelo, tu como espectador, lo disfrutas e incluso te miras en ese espejo y reconoces en estos antihéroes, características similares a las tuyas, pensamientos que has tenido y  que además, ahora te preguntas ¿Quisiera ser yo uno de ellos? 

Henry, desde su adolescencia sabía que quería ser parte de ese grupo. Para el, ser un gánster era mejor que ser el Presidente de los Estados Unidos, ¿Y porque no? tendrías dinero y poder, pero mucho mejor que eso: Respeto. 

Desde los primeros minutos, nos presentan a nuestro protagonista y en esencia al héroe de la película. Su vida es como la de cualquier otro chico, con la gran diferencia de que este protagonista no quiere ser un cualquiera o como él lo dice “un don nadie”, él quiere ser “un gánster”. Es aquí, donde el espectador encuentra el atractivo de explorar a través de Henry, el mundo de los que no siguen el camino impuesto por la sociedad, sino que trazan su propia senda, muy lejos de ser lo que los demás consideran correcto.

Nos engancha este atractivo, porque tenemos los mismos deseos e impulsos que el protagonista, pero caminamos otra senda. Mientras más nos adentramos en el camino que eligió Henry, nos divierte encontrarnos con el lado irónico y grotesco de la violencia. Lo irónico es concebido alrededor de todo el mundo que rodea a los mafiosos, ellos viven no bajo las leyes de cualquier sociedad, sino bajo sus propias leyes. Se jactan de ser más listos e inteligentes que el resto del mundo, pero viven con miedo. Miedo de saber que sus propias leyes no los protegen, la camaradería y la lealtad, son muy volátiles dentro de la mafia. La violencia es la ley, el arma es la justicia.

Lo grotesco es cuando se rebasan los límites de la razón, hasta llegar a la locura. Cuando se perciben a los demás como “cualquier cosa”, cualquiera puede ser una buena razón para matarlo. Vemos como cada personaje se degrada más y más, debido a que no saben controlar los impulsos que los llevaron a estar allí. Lo que en un principio fue su mejor cualidad, ahora es el motivo de su decadencia y finalmente, su derrota.

En Tommy, vemos la cara del tipo duro. Empezó a matar desde los 16 y esta era su mejor cualidad, no le importaba usar su arma para darle fin a “un cualquiera”. Hasta que llegó un momento en que ya no le importó ni siquiera la ley de la mafia, sino que vivió bajo su propia ley, preso de sus instintos. Acabó muerto como uno de “sus cualquiera”.

En Jimmy, vemos al inteligente. Sabia como trazar buenos planes, sus jugadas eran impecables, sobornos, chantajes, cualquier carta le era útil para conseguir sus fines. Pero no se puede confiar siempre en la gente, y en todo mazo, siempre hay un Jocker. En el caso de Jimmy, sus secuaces no eran de fiar y en su plan maestro habían demasiados cabo sueltos. El último fue Henry, su mano derecha y quien termino por delatarlo.

Por último, Henry. Nuestro héroe criminal y nuestros ojos dentro del mundo de la mafia, consiguió siempre lo que quería. No muchos llegan a ser lo que deseaban en su adolescencia, pero Henry sí. Este mundo tan atractivo y satisfactorio para él, se fue convirtiendo poco a poco en su pesadilla. Sin embargo, no quería dejarlo, no quería dejar de ser un gánster. Pero ahora su propio mundo, le daba la espalda y amenazaba su vida.

Terminó convirtiéndose en un don nadie, cayendo más bajo aun de lo que esperaba, se volvió el soplón. La valentía con la que siempre se arriesgó a conseguirlo todo, a violar todas las leyes posibles, desapareció al enfrentarse con la amenaza de muerte.

Es un héroe definitivamente distinto, es lo que más hace atractiva la película. Al final, esos instintos humanos que todos tenemos, nuestra ambición y deseo por ser más de lo que esperábamos, pueden convertirse en un abrir y cerrar de ojos, de nuestra mejor a cualidad a nuestro peor error. 

Creo que todo espectador dirá prefiero ser “un don nadie”, aunque en algún momento de la película quise ser “uno de ellos”.

Abril Morillo


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