GodFellas: Autopsia
del Héroe Criminal
El mundo es un lugar
salvaje, violento y cruel. En nuestro esfuerzo por concebirlo de otra manera, sobreexponemos
los valores éticos y morales a la realidad. El mundo es así, porque nosotros
somos así. Lidiamos a diario con nuestros instintos primitivos de supervivencia
y nuestros deseos ambiciosos por ser siempre más de lo que somos, por aparentar
la buena conducta que nos impone la sociedad, según los valores que concebimos
como buenos, pero sintiéndonos mediocres y vacíos por dentro. Cayendo en la
rutina, aunque conformándonos con la idea de saber que estamos por la senda
correcta.
Es por esta razón,
que la película GoodFellas es tan atractiva y elocuente. ¿Qué tal si
abiertamente te expongo lo malo y lo grotesco, hasta el punto de no tener
escrúpulos? Y además de mostrártelo, tu como espectador, lo disfrutas e incluso
te miras en ese espejo y reconoces en estos antihéroes,
características similares a las tuyas, pensamientos que has tenido y que además, ahora te preguntas ¿Quisiera ser
yo uno de ellos?
Henry, desde su
adolescencia sabía que quería ser parte de ese grupo. Para el, ser un gánster
era mejor que ser el Presidente de los Estados Unidos, ¿Y porque no? tendrías
dinero y poder, pero mucho mejor que eso: Respeto.
Desde los primeros
minutos, nos presentan a nuestro protagonista y en esencia al héroe de la
película. Su vida es como la de cualquier otro chico, con la gran diferencia de
que este protagonista no quiere ser un cualquiera o como él lo dice “un don
nadie”, él quiere ser “un gánster”. Es aquí, donde el espectador encuentra el
atractivo de explorar a través de Henry, el mundo de los que no siguen el
camino impuesto por la sociedad, sino que trazan su propia senda, muy lejos de
ser lo que los demás consideran correcto.
Nos engancha este
atractivo, porque tenemos los mismos deseos e impulsos que el protagonista,
pero caminamos otra senda. Mientras más nos adentramos en el camino que eligió
Henry, nos divierte encontrarnos con el lado irónico y grotesco de la
violencia. Lo irónico es concebido alrededor de todo el mundo que rodea a los
mafiosos, ellos viven no bajo las leyes de cualquier sociedad, sino bajo sus
propias leyes. Se jactan de ser más listos e inteligentes que el resto del
mundo, pero viven con miedo. Miedo de saber que sus propias leyes no los
protegen, la camaradería y la lealtad, son muy volátiles dentro de la mafia. La
violencia es la ley, el arma es la justicia.
Lo grotesco es cuando
se rebasan los límites de la razón, hasta llegar a la locura. Cuando se
perciben a los demás como “cualquier cosa”, cualquiera puede ser una buena
razón para matarlo. Vemos como cada personaje se degrada más y más, debido a
que no saben controlar los impulsos que los llevaron a estar allí. Lo que en un
principio fue su mejor cualidad, ahora es el motivo de su decadencia y
finalmente, su derrota.
En Tommy, vemos la
cara del tipo duro. Empezó a matar desde los 16 y esta era su mejor cualidad,
no le importaba usar su arma para darle fin a “un cualquiera”. Hasta que llegó
un momento en que ya no le importó ni siquiera la ley de la mafia, sino que vivió
bajo su propia ley, preso de sus instintos. Acabó muerto como uno de “sus
cualquiera”.
En Jimmy, vemos al
inteligente. Sabia como trazar buenos planes, sus jugadas eran impecables,
sobornos, chantajes, cualquier carta le era útil para conseguir sus fines. Pero
no se puede confiar siempre en la gente, y en todo mazo, siempre hay un Jocker.
En el caso de Jimmy, sus secuaces no eran de fiar y en su plan maestro habían
demasiados cabo sueltos. El último fue Henry, su mano derecha y quien termino
por delatarlo.
Por último, Henry.
Nuestro héroe criminal y nuestros ojos dentro del mundo de la mafia, consiguió
siempre lo que quería. No muchos llegan a ser lo que deseaban en su
adolescencia, pero Henry sí. Este mundo tan atractivo y satisfactorio para él,
se fue convirtiendo poco a poco en su pesadilla. Sin embargo, no quería
dejarlo, no quería dejar de ser un gánster. Pero ahora su propio mundo, le daba
la espalda y amenazaba su vida.
Terminó
convirtiéndose en un don nadie, cayendo más bajo aun de lo que esperaba, se
volvió el soplón. La valentía con la que siempre se arriesgó a conseguirlo
todo, a violar todas las leyes posibles, desapareció al enfrentarse con la
amenaza de muerte.
Es un héroe
definitivamente distinto, es lo que más hace atractiva la película. Al final,
esos instintos humanos que todos tenemos, nuestra ambición y deseo por ser más
de lo que esperábamos, pueden convertirse en un abrir y cerrar de ojos, de
nuestra mejor a cualidad a nuestro peor error.
Creo que todo
espectador dirá prefiero ser “un don nadie”, aunque en algún momento de la
película quise ser “uno de ellos”.
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