Por: Lorenzo Manrique
Martin Scorsese, director y
guionista estadounidense, es hoy en día uno de los personajes más aclamados pertenecientes
a la industria, debido a su vasta trayectoria cinematográfica. No es de
extrañar que encontremos su nombre enlistado dentro los directores tradicionales
más reconocidos, ya que gracias a su estilo, ha logrado posicionar varios de
sus largometrajes en el salón de la fama.
Tal es el caso de “Mean
Streets”, historia que desarrolla
principalmente la vida de la casta Ítalo-Americana en las calles de Nueva York
durante los años 70. En esta primera entrega, Scorsese nos demuestra que es
capaz de debutar con una propuesta solida y redonda, que poco tiene que perder,
frente a las grandes producciones que se estaban realizando para la época como
“The Godfather”.
Scorsese logra desarrollar
una estética ejemplar capaz de ser apreciada a lo largo de toda la cinta. Desde
una paleta de colores ejecutada a cabalidad, hasta lo movimientos de cámara más
atrevidos para la época, vemos como “Mean Streets” se diferencia de las demás
películas de Mafiosos.
Los distintos tonos de azul
celeste, verde, rojo, ocre y demás colores de tono pastel, dan a nuestra
historia el “look” suficientemente frío o cálido, para que podamos situarnos con
exactitud dentro de la trama y su contexto emocional. Gracias a esto, y a la impecable construcción
de cada uno de los personajes, podemos sentir como las desventuras y los
problemas por los que deben atravesar, van transformándolos poco a poco en
seres apáticos regidos únicamente por conductas violentas y poco racionales.
La iluminación rigurosa que
caracteriza a Scorsese se apoya de los emplazamientos de cámara más variados,
así como también de los distintos planos secuencia y “travellings” para poder
transformar locaciones corrientes en escenarios ricos en vida y significado.
“Mean Streets” no es solo un
largometraje que ilustra perfectamente el espíritu de una época y sus actores,
sino que también representa el eslabón más fuerte de un estilo que estaría
próximo a triunfar, siendo así el marco estético pre cursos de obras
posteriores, de igual o mejor calidad, como “Taxi Driver”.
Lorenzo, un tema muy interesante pero siento que te quedas corto. Si te pones a ver, lo que dices acerca del uso de los colores que hace Scorsese es sencillamente que los usa. Hubiera sido interesante escoger un color y concentrarse en él. Sin duda que el rojo es el que da para más aquí, pero igualmente otros. Pero como te digo, me parece muy interesante escoger el tema de los colores para escribir tu entrada. Arturo.
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