domingo, 17 de noviembre de 2013

Scorsese: un taxista en Nueva York

 Por: Víctor De Abreu

Taxi Driver contiene diversos elementos que permiten catalogarla como una película exitencialista, donde el personaje principal se cuestiona constantemente sobre el camino que debe tomar para alcanzar la felicidad. Travis, interpretado por Robert De Niro, está siempre insatisfecho con la vida que lleva, y lo que es peor, no sabe qué debe hacer para estar a gusto consigo mismo. Esta pugna constante mantiene la tensión sobre el espectador, quien se pregunta qué pasará con Travis y si este logrará resolver su conflicto interno.

En la primera escena, se puede observar mucha presencia del color rojo y un vehículo que es rodeado por excesivo humo, acompañado de un sonido de suspenso. El primer encuadre son los ojos de Travis, quien en medio de un ambiente lluvioso suele tener imagenes distorsionadas que se asemejan a sus recuerdos. Esta escena delata que Travis es un personaje introvertido, triste, que se ahoga en los recuerdos y el dilema de: "¿Qué estoy haciendo yo con mi vida?". El carro parece ser el lugar ideal para que el personaje se realice estas preguntas y analice el sentido de su existencia. Este elemento se afianza cuando Travis acude a buscar trabajo en la línea de taxi y menciona la frase "No puedo dormir, así que preferiría trabajar de noche".

Hay un elemento irónico cuando a Travis le piden la licencia de conducir y dice: "Mi licencia está tan limpia como mi consciencia", pues se trata en realidad de un mensaje contradictorio para el espectador, diciéndole que, en efecto, la consciencia de Travis no está tan limpia como su licencia, sino que está contaminada de ideas negativas.

El taxi, como símbolo, no solo permite contar la vida de Travis sino mostrar todo lo que una ciudad como Nueva York guarda dentro de sí. La mayoría de las historias de una ciudad, de un país y de una sociedad se pueden revelar mediante la figura del taxista, lo cual hace que este símbolo sea perfecto para que Scorsese pueda mostrar esa Nueva York que él dice extrañar: llena de prostitutas, drogadictos, trasvestis y basura.

El apartamento de Travis es un completo desorden, el cual establece una analogía con lo que es su vida. Su cabeza está tan desordenada como su apartamento y necesita algo o alguien que lo ordene, que le de sentido y limpieza. Este elemento se refueza cuando, al regresar del cine porno, dice: "12 horas trabajando y sigo sin poder dormir. Debo darle sentido a mi vida. No creo que uno deba dedicar su vida a autorealizarse morbosamente"

La afición de Travis por el cine porno parece dilucidar que, en efecto, lo que le agobia es la soledad, la falta de una mujer que pueda acompañarle y encaminar su vida. Esto se reafirma a lo largo del film cuando ve videos de bailes de graduación, parejas bailando y negros caminando con prostitutas.

La primera salida de Travis con Betsy, cuando la lleva al cine porno, muestra su torpeza para tratar a las mujeres, lo irónico y lo insólito que puede ser para una persona llevar a una mujer a ver una película pornográfica, así como la convicción de que, en realidad, Travis no está hecho para conquistar mujeres por más que lo desee, pues no tiene ni el tacto ni la habilidad para tratarlas.

Hay un instante en el que Travis le pide un consejo a su compañero taxista y este le dice que disfrute de su trabajo, pues con el tiempo va descubriendo que este le va dando forma a su vida. Que se emorrache, que folle; en pocas palabras, que disfrute su vida y no se preocupe por banalidades. Sin duda, esto es un dilema al que se enfrenta toda persona durante su vida: disfrutarla o preocuparse por ella. Scorsese parece estar más del lado de los existencialistas, de quienes se preocupan por qué deben hacer con su vida y si lo que están haciendo los está llevando a la felicidad.

El momento de mayor destrucción para el protagonista ocurre cuando decide comprar armas para matar a Palantine. Por algún momento, alarma el hecho de que Travis ensaye frente al espejo cómo va a matarlo, el corte de cabello que se hace y la actitud psicótica con la que mira al espejo. En ese instante, Travis parece haber perdido toda capacidad de control sobre si mismo.

El momento de destrucción viene acompañado de uno de recuperación, y no es otro sino cuando conoce a Iris, la pequeña niña prostituta que está atrapada por un proxeneta a quien Travis decide matar. Es irónico cómo Travis le da consejos a Iris sobre lo que debe hacer con su vida cuando él ni siquiera sabe qué hacer con la suya.

Cuando Travis logra matar al proxeneta y a liberar a Iris de la prostitución parece redimirse consigo mismo. Aquel personaje malo en el que se convirtió alguna vez parece renovarse en el Travis bueno que alguna vez fue, gracias a la gratificación de ayudar a Iris y al reconocimiento de sus cercanos, tanto de Betsy como de los familiares de Iris.

Todos estos elementos reafirman que Travis parece ser un reflejo de la vida de Scorsese, de su dilema existencial y de su poca habilidad para tratar a las mujeres. Es un reflejo de la Nueva York que el extraña y desea que algún momento volviese, esa ciudad tan caótica como fascinante, llena de historias para contar. Al igual que Scorsese, Travis termina asumiendo que tendrá que vivir con la falta de compañía de una mujer y seguir adelante, sin preocuparse tanto por dilemas existenciales.


@Vicdeabreu


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