Goodfellas o Buenos muchachos,
como se le conoce en español, es una de esas películas enmarcada en una de las temáticas preferidas de Scorsese,
la mafia italo-americana. Antes del lanzamiento de esta película, The Godfather
(El Padrino) mostro a uno de los capos más grandes de la mafia, un hombre
endiosado y poderoso. Por el contrario en la película de Scorsese, los los
personajes son más bien un grupo venido
a menos que solo intenta con desesperación huir de una inminente pobreza y
lograr formar parte de la mafia.
Una de las grandes diferencias entre
estos iconos mafiosos radica en que El
padrino es totalmente ficción, mientras que Goodfellas está basada en un hecho
real, por lo cual, mientras en el
padrino nos internamos en la vida de Don Corleone, en Goodfellas vemos imágenes
cruentas y cargadas de violencia, acompañadas una historia más realista.
Si hablamos de los personajes
principales, es indiscutible la gran diferencia que existe entre ellos. Jimmy y Henry son un par de maleantes
que han logrado conseguir dinero por medio de negocios sucios, droga y malas
mañas, en los cuales el gran señor Corleone de Coppola jamás se vería
inmiscuido.
Sin embargo, también son notables
y entrañables las semejanzas entre ambos filmes, las afinidades que tienen, crean
en el espectador un aura de respeto ante la llamada Mafia Italiana, claro
ejemplo de esto es la forma en la cual ambas historias tienen elementos en común
como: la familia, la madre patria, e
incluso el pacto de silencio, cosas que generan cierta coherencia y forman el
ideal de organización uniforme y de armas tomar.
Está claro que a diferencia de El
padrino, Scorsese nos lleva a un nivel de conocimiento pleno de los personajes,
a los deseos de poder de cada uno y ese día a día en la vida de estos
personajes, quienes sin importar el lugar, las libertades o incluso la cárcel,
son capaces de vivir y disfrutar de ese ideal gánster con una mezcla de pasión
y locura, que atrapa al público de principio a fin.
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