Por: Luis Alejandro Ruiz
Existe un fenómeno muy particular
en la película Mean Streets (1973) de Scorsese con respecto al soundtrack: el efecto de la rockola.
La
música está construida para situar emociones, acciones o lugares en la
composición, sin embargo en esta película se utiliza para dos cosas: simbolizar
el sentimiento del hogar, la familia, el lugar correcto; y darle a los
personajes oportunidades para elegir. ¿Qué se quiere decir con esto? El efecto
de la rockola parte de las escenas en las que los personajes salen de la regla
y eligen (o dan la sensación de elegir) la música que acompañará a la trama
subsecuente. Así esta se desarrolle de manera violenta, romántica o simplemente
una charla en el bar, la música es en algunas escenas la elección invariable de
los personajes.
Charlie,
el protagonista, se deja llevar por la música a veces, dejando parte de la
trama a un lado para permitirse en su feliz y desconectada ebriedad soltar su
cuerpo, hasta amanecer en el suelo del bar.
Peleas
de gangsters desarrollándose bajo la música de Eric Clapton y The Rolling
stones, sin cambiar un segundo de tono, crean un aspecto único y especial a lo
largo de toda la película. El director nos hace creer que la música será
llevada por los mismos personajes, que lo que esperamos escuchar cuando nos
encontramos con escenas de de violencia, de crímenes, de sexo, no será lo que
esperamos.
A
medida que el efecto de la rockola se une con otros aspectos musicales (la
ópera italiana, “Addio Sogni Di Gloria”, “Canta Per’
Me, “Scapricciatiello”) hacen de Mean Streets una gran respuesta: ¿podemos permitirle a los
personajes hacernos sentir las emociones que ellos eligen?, ¿Charlie puede
hacerme saber lo que está en su cabeza con algo más que un diálogo, o un
gesto?, ¿Y si le dejamos esa responsabilidad a alguien distinto, a alguien que
no está detrás de una cabina de sonido?. Por qué no.
"Rubber Biscuit" - The Chips (Mean Streets OST)
♫ Mm-hmm, did you ever hear
Of a wish sandwich
Well that's the kind of a sandwich
That is supposed to take
Two pieces of bread
And wish you had some meat
Doo doo boo ♫
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAlgo que me parece muy interesante con respecto a la función de la música en Mean Streets, así como en muchas de las películas de Scorsese, es la manera en la cual constituye un recurso más para mostrarnos los estados internos de los personajes.
ResponderEliminarLa música es utilizada como un elemento de suma importancia en los montajes, porque ayuda al espectador a ubicarse desde el punto de vista del personaje, su forma de sentir y ver el mundo.
Es interesante en el caso de Raging Bull (1980) por ejemplo, como en las escenas de la pelea con Robinson, se hace una mezcla de sonido que incluye estallidos de cristales entre otros muchos recursos que representan la subjetividad de Jake La Motta; esa pelea consigo mismo.
Verónica Touceda
Me complace encontrar esta entrada ya que considero que la música es un factor realmente fundamental en el cine. Muchas escenas serían nada sin las melodías que le dan forma y sentimiento.
ResponderEliminarEn este caso que planteas es bastante simbólico y original que las canciones, en varias ocasiones, sean seleccionadas por personajes. Siento que este pequeño detalle, más allá de ponerle sabor, nos ayuda a ubicarnos en tiempo y espacio, es decir, en el contexto en el que se desenvuelve la historia.
Este tipo de películas puede tornarse pesado y difícil de digerir. La selección de música que hace Scorsese es bastante entretenida y ayuda a darle ligereza a las situaciones que se presentan; sin duda ayuda que todo sea más pasable. Y no solo eso, sino que crea un sello particular puesto a que son canciones poco comunes (o eso me parece a mí).
Asimismo, me parece encantador que los personajes seleccionen las canciones ya que eso crea un vínculo con el espectador. Los hace más humanos, pues ¿quién no ha seleccionado una canción para ambientar una situación con sus amigos?
Atte:
EliminarRebeca Benvenga.