miércoles, 12 de junio de 2013

Scorsese da vida a Travis Brickle



 Por Verónica Touceda

Taxi Driver (1976) es quizás una de las muestras más claras y características del cine de Martin Scorsese. A pesar de que la historia no fue escrita por él sino por Paul Schrader, la compenetración de Scorsese con el guión hizo que la materializara en una película brillante, que pasaría a la historia como un clásico.

La religiosidad, la redención, la violencia, la mujer y la sexualidad son temáticas muy exploradas por Scorsese a lo largo de su cinematografía y sin duda, Taxi Driver es una compleja conjunción de todos estos aspectos.

Quizás el éxito de la película se deba a lo mucho que se sentía identificado Scorsese con la visión de vida de Travis Brickle que hizo que pudiera materializarla emotivamente a la perfección, o quizás sólo se deba a un Scorsese mucho más maduro producto de sus experiencias previas  Mean Streets (1973) y Who is that knocking at my door (1967). En opinión particular el éxito indudable de Taxi Driver es una conjunción de ambos aspectos.

Travis Brickle  es probablemente uno de los personajes más complejos a los que ha dado vida Scorsese. La impecable actuación de un De Niro  joven y talentoso produce en el espectador una experiencia similar a la reflexión posterior a un puñetazo en la cara. El punto es que Brickle no es un taxista cualquiera, es un hombre muy interesante psicológicamente marcado por la guerra  y lleno de prejuicios.  “El papel del taxista Travis Brickle combina elementos propios del héroe moralista de los westerns con la potencialidad destructiva de los asesinos psicópatas, auténtico endemismo de los géneros de terror y justicieros contemporáneos” (Hunter, 2001, p. 405).

La necesidad de Travis de “limpiar las calles”, parte de una visión moralista y obsesiva de la ciudad. La vida urbana  se abarca desde la perspectiva de un  purgatorio infernal por el cual Brickle transita temporalmente para poder ganarse su boleto al cielo a través de la redención, pero no su redención directa, sino la de otros; en su cabeza, aunque inconscientemente,  guarda la relación que representa que salvar al otro es salvarse a sí mismo, y lo hace a través de una catarsis de violencia.

La representación de un personaje tan complicado como Travis Brickle nunca es fácil. Sin duda la actuación de Robert De Niro jugó un rol imprescindible, sin embargo, la lectura que hace Scorsese del personaje y su estética característica constituye uno de los grandes logros del director en la película. El crítico  de cine norteamericano Roger Ebert (2002)  comenta al respecto:

La película guarda ciertas resonancias estilísticas con Mean Streets (1973),  la primera película de Scorsese donde Keitel y De Niro trabajaron juntos. En malas calles, Scorsese impone lentitud a ciertas escenas para sugerir un intenso nivel de observación de sus personajes pero, en Taxi Driver, la técnica está más desarrollada dramáticamente. Mientras el taxi va por las calles de Manhattan, lo vemos en tiempo real, pero los planos desde el punto de vista de Travis son a cámara lenta. Vemos putas y proxenetas en las aceras pero su escrupulosa observación se afina gracias a su deliberada lentitud.
La técnica de la cámara lenta es bien conocida por el público, que normalmente la ve en escenas románticas o de remordimiento y melancolía, incluso en escenas donde se acerca inevitablemente una catástrofe. Scorsese estaba experimentando una utilización personal, una forda de sugerir un estado subjetivo en un plano con un punto de vista.  En las escenas donde los taxistas cenan, utiliza primeros planos de detalles concretos para mostrar que la atención de Travis está fuera de la conversación general, está concentrado en u negro que puede ser un chulo. Una de las cosas más duras para un director es sugerir el estado interior de un personaje sin usar diálogos; uno de los grandes logros de Scorsese en Taxi Driver es situarnos dentro del punto de vista de Travis (p. 382).

Sin duda alguna, Travis Brickle es uno de los personajes más interesantes de la filmografía de Martin Scorsese, quien encuentra un estilo visual lleno de planos, encuadres, iluminación y movimientos de cámara  capaces de “reflejar ese estado mental, ofreciendo una visión satinada, reluciente y pesadillesca de la noche neoyorquina” (Hunter, 2001, p. 405).

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo en que Travis Bickle es uno de los personajes más interesantes de la filmografía de Scorsese.

    "Taxi Driver" es la segunda película en donde Scorsese y De Niro trabajan juntos, y me parece que son una dupla excelente. De Niro hace una excelente personificación de Travis y Scorsese logra que entendamos mejor a dicho personaje a través de los planos. Así que creo que el trabajo en equipo fue fundamental.

    "Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta". Orson Welles.

    Escrito por: Marina Hernández.

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  2. Sin duda alguna, Travis Brickle representa nuevamente a J.R y a Charlie.

    Pudiera inferir, incluso, que Martin aun cuando no escribió el guion, al leerlo, vió representadas en Travis muchas de las características que lo hacían similar a los protagonistas de "Who's that knocking at my door" y "Mean Streets".

    Acompañado esto de la experiencia que venía acumulando Martin con sus trabajos previos, Travis, va a continuar dando forma a ese personaje atormentado que, algunas veces sin saberlo, lo único que busca es redimirse.

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