sábado, 22 de junio de 2013

No Direction Home is the way of the future

He aquí una invitación para jugar con la obra del director Martin Scorsese.

Imaginemos un gran juego de memoria en el que cada carta representa algún cortometraje, largometraje, episodio de seriado o documental del director ítalo-americano.

Entonces, tomas una carta y te sale Raging Bull. Tu misión ahora es hallar la carta que tenga la obra de Scorsese que más se le parezca a Raging Bull (mientras más semejanzas encuentres, más oportunidades tienes de ganar). Digamos que decides buscar New York New York, pues ambas películas narran la historia de hombres que se empeñaron tanto en convertirse en el número 1 de su profesión, que provocaron problemas en otros ámbitos de sus vidas.

Ahora es mi turno de jugar. La primera carta que tomo resulta ser la de The Aviator. Me tomo unos minutos para pensarlo en frío. Después de considerar varias opciones, decido irme por el camino más riesgo sopero al mismo tiempo más divertido: No Direction Home: Bob Dylan.

Fue una decisión arriesgada. Quizás no gane el juego. En primer lugar estamos hablando de dos géneros completamente diferentes, cine de ficción y cine documental. Ahora bien, precisamente aquí es donde logro percibir la primera semejanza. No Direction Home es el documental biográfico de Bob Dylan, y ¿acaso no es The Aviator una película biográfica del ingeniero aeronáutico y productor de cine, Howard Hughes?...
Punto para mí

Para continuar, argumentaré que en ambas obras se hacen evidentes movimientos culturales y sociales importantes. De más está decir que No Direction Home muestra el surgimiento de un ídolo musical controversial, convocador de masas e influyente, y que The Aviator nos traslada a los primeros años del cine y al impacto que este trajo consigo y con sus cambios o evolución.  De igual forma es necesario resaltar el trasfondo político, social y económico que envuelve a ambas épocas.  Bob Dylan, por ejemplo, situó algunos de sus éxitos musicales bajo el contexto de la crisis de misiles de Cuba y Howard Hughes mantuvo una lucha interminable con la compañía que llevaba el monopolio de los viajes transatlánticos, Pan Am y con el gobierno americano, cuyas leyes limitaban el desarrollo del ideal de Howard
Punto para mí

Ahora bien, se sabe que Scorsese hizo el documental con material inédito que recopiló el manager de Bob Dylan, Jeff Rosen, es decir que su labor fue dirigir el montaje y la edición del material audiovisual, lo cual no le quita méritos por sus trabajo pero si limita un poco la manifestación de los planos, rústicos y raros, que caracterizan al director. Por otro lado, The Aviator indudablemente refleja la ocasión que tuvo Scorsese para explorar su lado creativo y satisfacer sus caprichos audiovisuales
Medio punto para mí.

Por último pero no menos importante, en ambas obras se destaca el carácter excéntrico de sus personajes. En una esquina vemos a un músico compositor que está comprometido con hacer llegar un mensaje que incite a sus seguidores, y a los no tan seguidores, a cambiar de mentalidad y que está convencido de que todas sus canciones son de protesta (a diferencia de lo que pensaban algunos), y en la otra esquina tenemos a un insólito visionario que nunca estará satisfecho con sus logros profesionales y que será capaz de hacer lo imposible para mantener su título de número 1, sin importar que eso implique tomar decisiones que arriesguen tanto su vida personal, como su carrera y la carrera de sus aliados.
Punto para mí


A decir verdad, podríamos encontrar muchísimas semejanzas entre obras aleatorias de Scorsese; después de todo, estamos hablando de la visión de un mismo hombre que, a pesar de que puede transformarse con el pasar del tiempo,  mantiene unos principios básicos que seguiremos identificando en todas sus creaciones. 





Es así como No Direction Home será the way of the future

Por: Marianna Di Pasquale

breve expresión sobre taxi driver


"Los puntos de vista del arte y de la vida son distintos aún en el mismo artista." Franz Kafka




Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1976, Taxi Driver es una película que marcaría una diferencia en la carrera de Martin Scorsese,  pues después de ese momento habrá una antes y un después. Si bien el cine de Martin Scorsese se venía dibujando y desarrollando de manera interesante en sus primeros cortometrajes y largometrajes, el encuentro con Paul Shrader y la llegada del guión de Taxi Driver sería un gran paso en su carrera como cineasta. Scorsese influenciado por la Nouvelle Vague, el expresionismo alemán y el neo realismo italiano llegaría a alcanzar un nivel de narrativa, dramática y visual con esta película que quizás no había podido demostrar antes.

Taxi Driver es una película que tiene un manejo del tono expresionista y a la vez realista sumamente interesante. Por ejemplo, en la forma en la que vemos la ciudad y vamos conociendo los recorridos por donde se mueve Travis. La visión de la realidad exterior, aquellas calles neoyorquinas que recorre Travis con su taxi, las conocemos desde la exteriorización de su conflicto interno. Las emociones de Travis se ven reflejadas en la forma en la que conocemos el contexto en el que convive.

Las calles de Nueva York que vamos recorriendo con Travis se muestran de una forma que revelan sentimientos y emociones particulares de él mismo como individuo. El ambiente nos dice algo, expresa y tiene significado por si mismo. El ambiente es un personaje más en la historia de Travis.

La fotografía de Michael Chapman en Taxi Driver resalta por la preferencia de Scorsese a la luz natural, los definidos y duros contrastes, los tonos oscuros y la utilización de una paleta de colores hacia tonos tierra y verdosos con  un bajo nivel de saturación. Visualmente podría recordarnos a las películas expresionistas de la República de Weimar, esas películas que nos mostraban a través de la utilización de recursos expresionistas, las emociones y conflictos internos de los personajes y del mundo que los rodeaba.


La pesadilla de Taxi Driver, es la pesadilla de Travis, el insomnio, los recuerdos de la guerra de Vietnam, la necesidad de no estar solo, la búsqueda de la comprensión y la búsqueda de la redención, a través de algo conocido, como por ejemplo: la violencia.  El expresionismo junto al existencialismo, van de la mano de la visión de Travis Bickle y su realidad. Ese mundo en el que las cosas son complejas, en donde la falta de sueño, la soledad y la búsqueda de redención hace necesaria la utilización de elementos visuales que complementen y refuercen la perspectiva de Travis como individuo y del público como espectador. Una audiencia que vive la realidad de un taxista, ex combatiente de la guerra de Vietnam, ciudadano de Nueva York; una de las ciudades más pobladas de los Estados Unidos y que a pesar de esto, no importa qué tanta gente habite en ella, pueden ser millones, y entre esos tantos, seguro muchos sufren de soledad. 

El aislamiento en un taxi es una forma de evadir la realidad y en esa huída, nos encontramos con la expresión del interior del mundo de Travis. Ese mundo que nos muestra Scorsese de una manera fascinante, valiéndose de recursos visuales y sonoros que no hacen más que expresar la historia que sufre y vive Travis, el protagonista. 


...

Minutos y segundos pasan,
mientras las luces fluyen a toda velocidad,
la embriaguez de la noche,
enciende a quien es valiente y la persigue,
animales nocturnos chocan con la soledad, 
en el asiento trasero de un taxi.

Hay reflejos en el concreto, 
lluvia que se lleva la sangre por las alcantarillas,
y el tiempo vuela,
se tiñe de colores claros y oscuros,
de contrastes,
de muros y murmuros,
de luces de neón y prostitutas.

Al final, suena una canción de jazz,
y abren las salas de cine. 

...







Andreína Salazar




viernes, 21 de junio de 2013

Siempre he querido ser un Gangster

Por Sergio Barreto

Antes de ver Goodfellas mi principal referencia de Martin Scorsese era la extraordinaria Taxi Driver. Pasé años creyendo que este italoamericano no había hecho nada mas interesante en su inmensa filmografía. Estaba equivocado y todavía me arrepiento por ello. Después de ver Goodfellas supe que jamás prestaría el dvd del film, porque no dudaba que entraba en la lista de las mejores cosas (jamás prestables) que ha pasado por mis ojos.

Goodfellas o Uno de los nuestros, cuenta la historia del ascenso de Henry Hill () en la mafia que operaba en su vecindario, desde que era un niño hasta sus últimos días torciendo el brazo duro de la ley. También se trata de una historia de una amistad inquebrantable, de cultura, valores y costumbres italianas que prevalece en el grupo de delincuentes, donde se encuentra James Conway (), Tommy de Vito (), entre otros.

Después de haber visto películas como Whos thats knocking at my door o Mean Streets, entiendes que los conceptos de amistad, compañerismo, mafia y sangre italiana siempre han estado presentes. Pudo haber sido una película de Western a la perfección pero en vez de pistoleros con sombreros son pistoleros italianos con trajes de gala. La lealtad con los amigos de toda la vida no se cambia por nada.

Otro aspecto interesante de Goodfellas es el papel de la Mafia. Quizás pudo ser una historia como El Padrino pero dista de serlo y a un modo espectacular porque la mafia es tan humana y sencilla que el espectador sin ser mafioso (ni italiano) la entiende. Scorsese humanizó a la mafia italiana de una forma espectacular, que sin duda alguna marcó mi vida desde el primer momento en que Henry Hill me dijo que: "Desde pequeño siempre quise ser un gangster".



Aproximacion de montaje de Kundun: Thelma Schoonmaker.

Al escuchar el nombre de Martin Scorsese muchísimas personas lo relacionarían con Casino, Goodfellas, The Departed, Hugo, o simplemente con el mundo cinematográfico. Pero muy pocos relacionan los antes mencionados con el nombre de Thelma Schoonmaker. La eterna mano derecha, aquella que conoce a la perfección, e inclusive con antelación, las decisiones de famoso director. Schoonmaker ha montado todos las películas de Scorsese desde sus comienzos en Who’s that knocking at my door en 1967.



Aunque Scorsese y Schoonmaker ya tenían años trabajando juntos, cuando llegó el proyecto de Kundun en 1980 la dinámica no fue la misma. Kundun es una película de alguna manera preciosista, un género que Scorsese no había explorado mucho anteriormente. Pero según Schoonmaker, el creativo ya estaba consiente desde un principio cual iba a ser su aproximación de narrativa visual para esta película.  

            “Everything is very much in his mind from the beginning”(1)
                                                                                    Thelma Schoonmaker.

La película narra la historia del catorceavo Dalai Lama desde su niñez hasta el momento de su exilio a causa de la invasión de China durante el comienzo del comunismo de Mao Tse Tung.  Sigue la vida de la santidad tibetana en pantalla, en la cual Scorsese debió explorar otros aspectos en el desarrollo de sus personajes. Asi nos muestra, literalmente,  como nos aproximamos en un momentum de disolvencias, al dolor humano del Lama y de su pueblo.

“It's very different from Marty's other films, which are character-driven and dialogue-driven”(1)
Thelma Schoonmaker.



El montaje tiene un ritmo calmoso como queriendo explorar la sensibilidad vital la joven deidad desde el punto de visto de un seguidor, pero presentándonos los aspectos más privados de su personalidad, su vulnerabilidad humana. Es aquí donde la sensibilidad de Schoonmaker y el genio de Scorsese se unen. Sin dejar de lado la recurrente búsqueda del director de mostrar la realidad con su aproximación documental. 


Nos muestran toda la belleza de un pueblo pacifico a través de un montaje calmado, busca explorar no solo la imagen del Dalai Lama sino del pueblo tibetano y su filosofía de la no violencia. Es así como vamos a ver a través del montaje a un pueblo que sufre desde dentro hacía afuera, comenzando escenas con planos cerrados que van abriéndose desde pesadillas del kudun hasta el sufrimiento de sus seguidores que no pueden contra la potencia china. Y culminando el largometraje con la figura del un Lama derrotado en su caballo y exiliado de su territorio.









Diego Martintereso

Bibliografía

(1) - http://www.theasc.com/protect/feb98/scorsese/index3.htm


Jake Nosotros

Ver Raging Bull fue una experiencia única. Durante mucho rato me sentía atrapado, sin entender muy bien por qué. La historia de Jake LaMotta que nos contó Scorsese generaba con cada segundo un increíble peso emocional en mí, y al mismo tiempo lograba que mi interés fuera aumentando a un ritmo tan vertiginoso que sin importar lo agotado que me sentía, no quería parar de verla. Cuando la película llegó a su final , sólo pude sentarme a reflexionar, ¿Qué fue lo que la hizo tan especial?


Hubo algo en lo errático e impredecible del comportamiento de Jake que de alguna manera; aunque reprochable; no me resultaba alienante. Las acciones de LaMotta me molestaban, me disgustaban profundamente. El hecho de que en ocasiones aparentemente se diera cuenta del daño que causaba y aún así siguiera violentando a quienes lo rodeaban me causaba un fuerte descontento, sin embargo lo que sentía poco tiempo después era lástima, incluso un dejo de comprensión. Pero, ¿Por qué?

Sinceramente pensar sólo por mi cuenta no me llevó a mucho. Fue durante clase y gracias a lo que pude leer después que di con lo que creo es la respuesta a mi interrogante, o al menos es la respuesta que me deja satisfecho. Scorsese realizó este film saliendo de un momento de significante turbulencia personal. Saber sobre su adicción a las drogas, sobre el tiempo que estuvo recluido en una clínica, sobre su deseo de dejar de hacerr películas, redimensiona la visión que puede tenerse del film. Comprender que la lucha de Jake con sus demonios internos; consigo mismo; representa un paralelismo importante entre realizador y personaje es esencial para apreciar el nivel de intimidad que tiene esta película, intimidad con la que todos podemos conectarnos

A mi entender, la historia de Jake LaMotta deja una reflexión fundamental. Creo que en algún momento de nuestras vidas todos hemos tenido algo del personaje. Correr en la dirección equivocada sabiendo que lo es, me resulta algo con lo que cualquiera se puede relacionar. Es una condición propia del ser humano y además es el motor que impulsa el comportamiento de un toro que embiste de manera salvaje hacia el torero durante una corrida de toros tradicional.
 

No pretendo fijar que todos somos de naturaleza violentos, ni mucho menos, ni que mi respuesta  ante los problemas sea la violencia, tampoco quiero decir que mi visión sea la definitiva; por el contrario, planteo todo esto como una percepción muy personal, la de que todos podemos errar de maneras tan evidentes, tercas y dañinas como las de Jake. Está en nosotros tratar de rectificar. Jake me cautivó porque lo vi como un reflejo de cosas que puedo cambiar. Raging Bull me llegó de manera muy íntima, porque creo en la redención de LaMotta y de todos quienes nos hemos equivocado alguna vez. 

Javier Muñoz

El machismo y Martin Scorsese



El machismo es ese sentimiento de superioridad del hombre sobre la mujer en todos los aspectos de la vida. Es algo casi innato en la cultura occidental, con sus excepciones, claro. Pero al menos en el continente americano, el machismo es pan nuestro de cada día.
Martin Scorsese tiene una doble vertiente de influencia machista en su vida: la cultura italiana, altamente influenciada por los valores católicos, y la cultura estadounidense. Su condición de italoamericano nacido en Estados Unidos, específicamente en Little Italy (NY), le confiere una visión particular del machismo. Una visión que sin duda permea en casi todos sus trabajos como cineasta.
Scorsese pareciera que ve a las mujeres como algo desconocido y que, definitivamente, no quiere explorar mucho qué es lo que no conoce de ellas. En sus trabajos como director de cine, se puede apreciar cómo Scorsese muestra a sus personajes masculinos como hombres que encajan perfectamente en el estereotipo machista. Veamos primero a J. R. en Who’s that knocking on my door? J. R. muestra un comportamiento claramente machista desde el momento que vemos cómo se comporta con respecto a las mujeres y lo que él tiene claro que es el rol de la mujer. Scorsese le otorga a J. R. los valores católicos donde el hombre solo debe aceptar a la mujer que sea pura, virgen e inocente, aunque el mismo J. R. sea una persona bastante cuestionable. Cuando J. R. se entera de que la chica con la que sale fue violada, comienza a verla con desprecio. Ya para él la chica es impura. Como los hombres “machos” deben siempre mostrar dureza, fuerza y superioridad, J. R. se impone ante las excusas de la chica para hacerla sentir que está mal y que las cosas si no son como él las desea, entonces no las quiere. El tema de la culpa católica está claramente involucrado, pero el machismo como tópico que Scorsese explora con sus personajes masculinos es evidente también.

Por supuesto, este comportamiento donde el hombre macho debe ser excepcionalmente fuerte (no explícitamente en el físico), bruto y  más de instintos y menos racional,  se repite en casi todas las películas de Scorsese. Charlie (Mean Streets) es J. R. en un nuevo problema, por lo tanto el comportamiento machista se expresa claramente otr vez. Aunque su trato con la prima de Johnny Boy es menos hostil que la de J. R. con la chica, sus ambiciones en el mundo de la mafia y su deseo por redimir a Johnny Boy lo obligan a comportarse de manera bruta y ruda, una vez más entrando en territorio de estereotipos machistas.

Sin duda, la cúspide del machismo presente en la filmografía de Martin Scorsese son Travis Bickle en Taxi Driver y Jake LaMotta en Raging Bull. Travis es casi un sociópata, que siente asco por la vida como es Nueva York, considerando a prostitutas y homosexuales como “basura”, reforzando así el machismo de su personaje desde lo más cuestionable. Y Jake LaMotta es un boxeador que golpea a sus mujeres y cree que puede escapar de sus vicios golpeando y siendo golpeado en un ring de boxeo: no se puede tener más comportamiento machista que ese. Ambos personajes rayan hasta en la parodia del hombre machista, aunque seguramente nunca fue intención de Scorsese representarlos como parodias: de verdad en el fondo Scorsese transmitía su visión de hombría y masculinidad en sus personajes. Marty es un machista sin remedio desde el momento en que fue concebido, y eso está bien. ¿Quién querría a un Travis Bickle sensible y en contacto con su lado femenino protagonizando Taxi Driver?


Francisco Pacheco.
 

Charlie

Mean Streets es mucho más que una película de gangsters, es, de hecho, una obra maestra que presenta varios conflictos de hombres regulares en situaciones cotidianas. Es una búsqueda desesperada por hacer “el bien” mediante la ayuda ofrecida a un necesitado; es la locura que nace en el choque entre la culpa y la idea de redención. En fin,  No existe un solo en detalle en ese filme que no me lleve a compararme con su protagonista, Charlie.

Desde el primer momento, Scorsese nos muestra a un hombre que bien podría ser cualquiera de nosotros. Un tipo que vive el día a día enfrentando todas las cotidianidades que sirven de obstáculos en su camino. Muestra a un hombre que enfrenta intrincadas situaciones familiares y las vive desde el paradgima de su formación cultural y religiosa, y aún así, la idea que mueve a Charlie es la de estar bien consigo mismo a través de hacer que la vida de otro sea “mejor”.

Podríamos comentar que es un acto de bondad desinhibido o incluso un acto de caridad – una de las siete virtudes teologales expuestas por San Pedro – pero en realidad dichas acciones forman parte de una batalla, si se quiere, egocéntrica, una lucha por encontrar la redención y el perdón por los pecados individuales a través de la ayuda a otros, un escape un tanto sencillo –pienso -.

Siendo esta la situación de Charlie, y repito - no puedo dejar de compararme con él – pienso que Scorsese le dio una dualidad al personaje muy interesante, de hecho más que funcionar diría que lo propuesto por el director es una ambigüedad rotunda que busca separar la conciencia de Charlie o – el deber ser -  y su desarrollo en el mundo físico en el que habita – el ser -. Es decir, nuestro protagonista está amplia y profundamente dividido en todo lo que hace, su vida es de hecho una contradicción; podría incluso hacer referencia a un personaje previo de Scorsese, J.R.

La situación de Charlie, su dicotomía, es claramente visible en todas las escenas que comparte con Johnny Boy, sus acciones físicas tratan de ayudar a Johnny pero su mente le impone una censura (nunca comentarle nada de esto a su tío), del mismo modo Charlie se divide en la relación que tiene con Teresa, en el mundo físico lleva una relación de pareja pseudo-romántica pero en el mundo ideal bloquea dichas acciones por la presión que su familia impone.

Charlie es, como vemos, un individuo dividido y la palabra clave para definirlo es “confusión”. Interesante podría ser quizás tratar de catalogarlo como “bueno” o como “malo” y aquí cabe una pregunta, una buena, de esas que hacen los filósofos: ¿Somos acaso “buenos” o “malos” por actuar siempre sumergidos en un eterno estado de confusión?.

Así mismo me atrevo a decir que la dimensión de Charlie como personaje nos habla de mucho más que de un simple tipo en la ciudad de Nueva York. 

Este personaje magistral nos dice a gritos que todos y cada uno de nosotros vivimos esa vida dividida, una vida en la que los paradigmas cotidianos se enfrentan y colisionan en contra de aquello que pensamos como “lo ideal”; una vida en la que ayudar a otros purifica los actos pecaminosos que cometemos como individuos.

El personajes de Charlie es quizás el espejo de Scorsese, él mismo funcionando escena tras escena como un llamado a vernos a nosotros mismos y a reaccionar, o no, de manera que podamos obtener resultados diferentes. Charlie es figura modelo que utiliza el director para decirnos que estamos condenados a vivir en conflicto con nosotros mismos por siempre, teniendo ambos momentos buenos y momentos malos.


Mean Streets es mucho más que una película de gangsters, es, de hecho, una obra maestra que presenta nuestros conflictos, nuestras dicotomías, nuestro pasado, presente y futuro; una obra que presenta un momento crucial en la vida de Charlie.  

José G. Bustos

Scorsese y las mujeres

Por Floryed Robles

Los fans de Scorsese estamos acostumbrados a ver una participación femenina escasa en sus películas. Si esto tiene que ver con la crianza del mismo director, la incomodidad o cualquier factor personal, entonces está muy bien reflejado en sus films. Veamos:
Scorsese nos muestra mujeres físicamente increíbles, mujeres que a primera vista sorprenden al espectador. También nos presenta dos tipos de ellas, aquellas esposas trofeos, abnegadas al hombre y todo lo que los rodee -porque su situación como pareja les impide actuar de manera desafiante ya que socialmente está mal visto, además de que sus parejas en sus inicios le muestran una seguridad y comienzan a verse cegadas por ella-, por ejemplo: VickieThailerLaMotta o Karen Hill;  y el segundo tipo, las totalmente opuestas, aquellas que no son socialmente aceptadas, no entran en el status de acompañante sino que, desafían el rol bien visto de la mujer como es el caso de: Iris "Easy" Steensma y hasta la misma GingerMcKennaRothstein en sus inicios.
Entonces, ¿es realmente importante para el desarrollo de los films el papel que representa la mujer? Particularmente siento que ambos se complementan en el cine de Scorsese. La figura femenina lleva al protagonista a actuar, a tomar acciones sobre las situaciones determinantes para el desarrollo de la historia. Inclusive, la posible redención que se atribuya el personaje principal dependerá de si, en su ideal, logró transformar la vida de estas mujeres. Después de todo, lo que mueve a TravisBickle es precisamente tratar de “rescatar” a  Iris del mundo de prostitución en el que vive. Él se atribuye el trabajo, por así decirlo, de cuidarla o convertirse en un especie de protector. Ahora, la contraparte de esta situación la ejemplificaré con Karen Hill, una mujer que en sus inicios se comporta como una chica indefensa, capaz de soportar el trabajo que ejerce su marido pero luego pasa a ser uno de los soportes de Henry Hill, comienza a ayudarlo y a ser parte indispensable para beneficiarse de la manera que lo hicieron.

Tomo particularmente esos dos ejemplos para mostrar los dos tipos de mujeres que percibo en la gran lista de las películas de este director. Más que ser la Madonna y la Puta, son las aprovechadas inteligentesy las que muestran una necesidad de ser rescatadas… o no.


jueves, 20 de junio de 2013

The Departed: ¿identidades que se infiltran?

Por María Valeria Velásquez

 “Esto es lo que pasa entre ratas, todos desconfían. Nadie sabe nada”. – Francis “Frank” Costello  
El cine de Martin Scorsese es uno que invita a reflexionar sin que la persona lo haga conscientemente. Y no fue sino hasta que empecé a cursar esta cátedra, que noté que la marca que me dejó The Departed (2006) cuando tenía 15 años no fue más que eso; hacerme cuestionar a mí misma sobre la moral a tan temprana edad.

Como en la mayoría de losde Scorsese, nada es blanco, o negro: The Departed es gris, al igual que sus protagonistas. No porque sean aburridos, por lo contrario, ninguno es muy malo o es muy bueno, simplemente demuestran que todos tenemos imperfecciones (en unos son más notables que en otros).  Y no por nada, fue con The Departed que Marty ganó el tan ansiado –y previamente merecido- Oscar.



Billy (Leonardo DiCaprio) y Colin (Matt Damon) son ambos policías, pero con luchas diferentes. Colin intenta -lentamente- salir de la sombra de Francis “Frank” Costello (Jack Nicholson) labrándose su propio trabajo, traicionándose a sí mismo –y a Frank, por supuesto- cuando asesina a quien fuera siempre su figura “paterna” sin pestañear mucho. Por su parte, Billy busca redimirse consigo mismo y ante los personajes de Martin Sheen y Mark Wahlberg respectivamente para demostrar que no es la misma persona que su familia. ¿La ironía de todo?  Ambos se "infiltran" en el mundo del otro respectivamente.

Matt Damon como el Sargento Colin Sullivan
Hay un diálogo en The Departed que me recordó mucho a Taxi Driver (1976) “esto es una nación de malditas ratas”, con la cual se hace referencia de nuevo a la limpieza que con tanto fervor creía Travis Bickle necesitaba New York. Y es un elemento recurrente en la película, donde un bando busca limpiar toda evidencia de su involucración con delitos, y el otro busca limpiar las calles de mafiosos como Frank. La línea es lo que nos introduce a pensar que de esa categoría no se escapa nadie.

Los protagonistas a pesar de que están doblemente en los “mismos” bandos en el clímax de la película llegan a un terreno equitativo donde se enfrentan como iguales. De hecho, en una escena DiCaprio y Damon están vestidos de la misma manera, gorra, jean y hoodie, lo que hace algo difícil al espectador de distinguirlos, pues en el fondo, son bastante iguales como para hacerlo.

Ambos –Colin y Billy- pierden lo que los identifica: al Colin borrar el archivo de Billy, éste siente que pierde su identidad: “sólo quiero mi identidad, mi identidad es ser policía”, arrojándolo a una batalla interna ente el deber y lo moral, a pesar de que a mí parecer la pierde mucho antes, cuando empieza a sentir cierta empatía con Frank, tratando de entender su mundo. Y Colin, principalmente, con el asesinato de Frank (que con esto se convierte en a double rat). Se metieron tanto en los personajes que los ayudaban a lograr sus metas que se perdieron a sí mismos en el camino.

“No hay nadie más lleno de mierda que un policía. Excepto un policía de televisión”.

Leonardo DiCaprio como Billy Costigan
Si, según Billy, un policía en la TV es el que está más lleno de “mierda”, ¿qué hay de los policías en las películas?  

A fin de cuentas, Costello confió más en Billy, el recién llegado, que en Colin “su supuesto hijo”, lo que me hace pensar, esta obra de Scorsese deja una gran interrogante abierta, ¿quién realmente es la rata? Y me respondo, todos son unas ratas.

PD: ¿puede existir una película en la que el personaje de Leonardo DiCaprio no muera? O bueno, al menos no tan violentamente.




El plano secuencia y Scorsese




         Mucho se puede hablar acerca de la redención, la culpa, el pecado, la mafia y ese ambiente de oscuridad en el que se encuentran inmersos los personajes de Scorsese. Pero existe otro elemento clave en las películas de este autor y es el constante uso del plano secuencia. Realizadores como Tarantino que en "Pool Fiction", "Kill Billhan", entre otras, fue inspirado por este  recurso y  lo utilizó en varias oportunidades, incluso para homenajear la obra del ítalo-americano. 

       Antes de continuar, es importante comprender que el plano secuencia es una toma sin cortes en la que durante un tiempo considerable se realizan varios movimientos de cámara y se captan diversas angulaciones y escalas de planos; va más allá de un simple seguimiento corto a un personaje de un punto a otro con una variación de escala, se requiere un enorme esfuerzo de coordinación para lograr que todo fluya correctamente en una misma secuencia.

        Para Martin, la implementación este tipo de plano no es una cuestión de simple estética, forma parte de su intento por acercar al espectador al mundo en el que se desenvuelven las historias y presentarles en primera fila a sus personajes. Es un seguimiento que de alguna manera  obliga a comprender a los protagonistas, a su entorno y cómo estos se desenvuelve en él. 


         El plano secuencia realizado en "GoodFellas" es el mejor ejemplo y un clásico en todo lo que se refiere a este tema. Se ve al protagonista entrando a un club con su novia mientras camina y saluda a todos a través de los estrechos pasillos; se observa la vinculación que tiene con la mafia lo que representa glamour y buen estilo para impresionar a la mujer, aspectos que generan que los habitantes de Little Italy admiren a estos grupos.


          Si se busca otro ejemplo, se puede encontrar "Raging Bull", en el que se muestra a Jake en su camino hasta el ring para su pelea.


        Para Scorsese, el cine es una extensión de la realidad del realizador y a través de ella generar un efecto positivo o negativo el el público que observa la obra. Si estos últimos se sienten parte de la historia comprenderán mejor lo que el autor vive y de esta manera se genera empatía, por lo que el mensaje de moral que quiere enviar el cineasta es más efectivo. El día a día se convierte en un generador de historias cautivadoras y el cine pasa a ser el canal perfecto para difundir un estilo de vida.

Angelo Freda