Planos y colores
Aún en
blanco y negro, el rojo de la sangre protagoniza Raging Bull. No es de extrañar
que Martin Scorsese utilice colores para
transmitir sentimientos en sus películas. Esta vez, no fue la excepción. El
director de fotografía, Michael Chapman, dijo en varias entrevistas (aquí una de ellas) que el “boxeo es un deporte de blanco y negro” –esto porque así eran
todas las fotografías de Jake LaMotta-. A pesar de esto, las escenas de peleas
no dudan en exhibir un negro más oscuro entre la degradación de grises de la
pantalla.
La pelea con
Janiro, por ejemplo, es de las más explícitas. Un plano en el que aparece la
liga del ring con una mancha de sangre de LaMotta que gotea, tiene, sin dudas,
la firma de Scorsese. “Las peleas son deliberadamente no realistas”, dice
Chapman sobre ellas. “Eran coreografiadas, como una danza, cada una, un baile
distinto”.
No solo los actores realizan un baile para los
encuentros. Cada pelea tiene el dinamismo necesario para meter al espectador en
el ring. El uso de planos cortos y rápidos, la mayoría de ellos desde el
cuadrilátero, muestran la acción y adrenalina de la escena. Pero no todas son
así. Scorsese coloca planos en cámara lenta en momentos claves de la película.
Por ejemplo, cuando Vickie voltea en el golfito y clava su mirada fija en
Jake.
Un detalle
interesante es la secuencia de éxito del boxeador. Es el único espacio en la
película que aparece a color. Scorsese muestra con ello su mejor época, la
menos oscura, la “belle époque” en la vida de Jake LaMotta. Acompañado de Vickie quien, no sorprende, aparece casi siempre vestida de blanco.
Lo íntimo de
Jake
La religión
está presente. Esta vez no solo por decisión del director, sino por la vida que
se narra. Jake LaMotta fue una persona muy religiosa. Esto se deja ver en el
rosario que cuelga de su fotografía, en las vírgenes de su cocina y en los
santos de su cuarto. No por ello su hogar está exento de excesos. Todo lo
contrario. En la mayoría de las escenas en la casa del boxeador siempre hay un
elemento negativo de su personalidad: violencia, sexo o gula. O las tres.
Jake LaMotta
está rodeado de golpes en su vida personal. En su casa ocurren momentos claves
para mostrar esto: la pelea por el “bistec”, cuando le pide a su hermano que lo
golpee, el ataque de celos hacia Vickie… Scorsese nos muestra así cómo su
interior padece de estos males. Su hogar y su interior. Una vez más, este
director se empeña en mostrarnos un anti héroe.
Fabiola
Ferrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario